Programa Bíblico para Niños – Nivel 3: Lección 14 “La Pascua – justificados por Su sangre”
Pasajes Destacados: Éxodo 12:3–8, 43–47; Levítico 23:4–5; Romanos 3:23; 6:23; Hebreos 10:4; Juan 1:1–3; Lucas 1:35; Mateo 1:23; Filipenses 2:5–8; Juan 10:17-18; 3:16; 1:29
Dios dio instrucciones a la antigua nación de Israel para la observancia de la Pascua. En el décimo día en el primer mes del año, cada familia debía seleccionar un cordero especial para la Pascua. Este cordero debía ser perfecto, sin ningún defecto. Cuatro días después, justo al comienzo del día 14 del primer mes a la puesta del Sol, debían matar al cordero, asarlo y comerlo como parte de una cena especial, pintando con un poco de la sangre del cordero los dinteles de las puertas. Quienes hicieran esto estarían protegidos del ángel de la muerte, que mataría a todos los primogénitos en aquella tierra, excepto a quienes estuvieran dentro de las casas cuyos dinteles estuvieran pintados con la sangre del cordero. Se ordenó a los israelitas que cada año después de eso comieran una cena de Pascua esa misma noche y recordaran cómo Dios había salvado de la muerte al primogénito en su hogar. Pero este cordero pascual también simbolizaba algo más. Todos los humanos estamos bajo la pena de muerte porque todos hemos pecado, y la muerte es la pena por pecar contra Dios. Puede que no tengamos al ángel de la muerte pasando sobre nosotros, pero aun así estamos sujetos a la muerte por nuestros pecados. Sin embargo, en lugar de un cordero, tenemos a Jesucristo. Cristo fue el sacrificio perfecto que estuvo dispuesto a convertirse en un ser humano y luego morir por nuestros pecados, protegiéndonos de la muerte, tal como la sangre del cordero en la puerta protegía a los israelitas. Antes de que Cristo muriera, enseñó a Sus discípulos a guardar la Pascua como un recordatorio anual de Su sacrificio por ellos, y a que bebieran una pequeña copa de vino y comieran un pequeño pedazo de pan sin levadura en lugar de asar un cordero. Los discípulos enseñaron estos nuevos símbolos a la Iglesia. Desde aquel tiempo, el fiel pueblo de Dios a través de la historia ha continuado recordando el sacrificio de Cristo todos los años en la Pascua, tal y como los israelitas recordaban la Pascua sacrificando el cordero todos los años. Ellos fueron liberados de los egipcios que los esclavizaban, mientras que nosotros somos liberados de Satanás que esclaviza a la humanidad al pecado.
Discusión:
- Pregunte a sus hijos por qué creen que el cordero seleccionado para la Pascua tenía que ser sin defecto. ¿Cómo se relaciona esto con Jesucristo?
- La gente a menudo se pregunta por qué Cristo tuvo que morir. Discuta esto con sus hijos. Asegúrese de explicar que Dios no se comprometerá con el pecado y que no podría haber perdón de los pecados sin derramamiento de sangre (Hebreos 9:22). Cristo tuvo que morir para expiar los pecados de la humanidad, dándole a usted y a sus hijos y a todo ser humano que alguna vez haya vivido una oportunidad de salvación y vida eterna en la familia de Dios.
- Discuta con sus hijos cuán terrible es el pecado y por qué Dios lo aborrece. Elija uno de los Diez Mandamientos y hable sobre cómo violarlo causa miseria, dolor y sufrimiento. ¿Qué tan diferente sería el mundo si se cumpliera ese mandamiento? Recuérdeles a sus hijos que es debido al pecado de la humanidad que Cristo tuvo que morir.
- Explique a sus hijos que la sangre de Cristo está representada por el vino y que el pan representa Su cuerpo que fue golpeado por nosotros.
Para Memorizar:
1 Corintios 5:7
“Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros”.